miércoles, 14 de abril de 2010

SI, YO SOY ANTISISTEMA

Como tantas otras veces parece que es necesario dejarlo de nuevo claro. Yo me declaro antisistema, lo hago en pleno uso de mis facultades mentales, siendo mayor de edad y convencido plenamente de que es la única opción posible de supervivencia y alcance de la igualdad, la solidaridad y la equidad que le queda a la especie humana.
Uno de los principales problemas de los últimos años de nuestra inexistente democracia es la vacuidad de las palabras. Consagradas como unas nuevas divinidades dogmáticas comienzan no a ordenar ya sólo la realidad diaria, sino el mismo mundo de los valores y las ideas. Los grandes manipuladores de los términos, los mass-media, han comenzado una nueva ofensiva contra cualquier despertar democrático y participativo (y aquí no hace falta diferenciar entre estilo de medios, ya que la mayor parte de ellos juegan a la anestesia social y al ataque-silencio contra la discrepancia) y el nuevo término escogido es el tan manido de ANTI-SISTEMA.
En el mundo existen dos clases de personas: los que quieren que nada cambie y los que quieren cambiar el mundo. La opción por el cambio se ha negativizado tanto por el poder y los amos del sistema capitalista que han convertido la transformación en negación. Pero nosotros y nosotras no somos antisistema, somos altersistema. No existe ni ha existido sistema socio-político y económico que 1) No haya sido Patriarcal 2) No se haya basado en la desigualdad económica y 3) No llevará inserto en si mismo la voluntad de cambio.
¿De verdad, a día de hoy, alguien puede ser pro-sistema? ¿Qué es el sistema?

El sistema es una organización político-económica y social que desaloja y expolia a mujeres y hombres de más de 70 años de sus casas, utilizando toda la fuerza posible, para poder pagar favores a constructores amigos. El sistema es, a nivel global, el que cuenta con un mayor porcentaje de población pobre y de población hambrienta (porcentual y cuantitativamente) de toda la historia humana. El sistema es aquel que considera que lo importante es llenarse la boca con la palabra democracia para luego aprobar leyes donde algunos y algunas somos ciudadanía no de segunda sino de décima categoría. El sistema es un nuevo organismo lingüístico capaz de desarrollar términos enmascaradores, como prevención, seguridad, occidente, guardianes de la democracia... cuya mera formulación es simplemente el precedente de asesinatos de civiles no occidentales en masa. El sistema es aquel que continúa colocando a una institución arcaica, reaccionaria y anti-humana como es la Iglesia Católica en la puerta del edificio de los valores. Es también aquel que pese a todo su discurso de igualdad, pese a su machacar diario con la democracia y los derechos de las personas, con su diaria retahíla de valores aparentemente universales, pero universalmente desaparecidos, continúa situando en situación de inferioridad a la mitad de su población, por el simple hecho de tener un sexo diferente. El sistema es una organización social que concede poco a poco derechos a las y los "anormales", "desviados" o "diversos", sin darse cuenta de que esos derechos les pertenecen en el mismo grado que a ellos y ellas.
El sistema es un chanchullo de mentiras y falsedades, que tiene como único objetivo la acumulación de riqueza, nunca el desarrollo humano. El sistema es la mayor estafa a la que la humanidad jamás se ha enfrentado, hábilmente montada hasta el punto de alzarse como la única alternativa existente.
El sistema es asesino, antidemocrático, exterminador, egoísta, desigual, machista, racista, homófobo, discriminador e ignorante.
Por tanto si, yo soy ANTISISTEMA Y ALTERSISTEMA.
Ahora, en vez de argumentarme mandenme a Cuba.